October 20, 2010

Cardamomo, la mejor de las semillas para un mousse de chocolate...

 Ultimamente no se porque me ha dado con el cardamomo. Es que tiene un olor medio avainillado y como que al final pica, especial, refrescante y muy poco recurrente en la cocina. Asi que lo rescaté y lo ocupe en este Mousse de chocolate blanco, que además tiene un crumble de almendras arriba.
 Y si ustedes creen que le puse una hoja abajito de la copa para decorar, se equivcocan. A veces puede pasar que la copa, sobre un plato de loza se nos resbale, peligroso! Entonces podemos poner una rodajita de limón delgadita, o de pepino, o incluso de zukini, pero preferí esta hojita que encontré en mi jardín, porque es de toronjil de olor, que mi tata Eduardo plantó en mi patio y que ocupamos a veces para unas infusiones demasiado ricas y fresquitas.
 Bueno, este mousse es un poco más complicado que otras recetas que he puesto, pero creo que ya podemos ponerle complejidad a este blog. Además esta receta la inventé anoche mientras volvía del centro, para una amiga que me encargó un postre, y pasé a comprar todo lo que necesitaba al super. La hice bien tarde, tipo 10:30 pm y hoy me di el gustito de probarla a la hora de almuerzo.No es porque sea mi ni mucho menos, pero la encontre rica, espumosa, tiene una textura demasiado suave y como que te explota en la boca cuando la comes.
Aquí va, ya sin nada más que decir, sólo que motivense y pruebenla, que está riquísimo!
Enjoy...
 Ingredientes (para 12 porciones en copas de martini, o margarita, las que tengan)

2 yemas de huevo
50 grs. de azúcar granulada
20 grs. de maicena
250 ml. de leche entera
3 semillas enteras de cardamomo
400 gr de chocolate blanco
250 ml. de crema para batir
1 hoja de colapez

Para el crumble
80 grs. de mantequilla sin sal130 grs. de azúcar granulada
160 grs. de cualquier harina (con o sil polvos)

 Partamos por lo fácil entonces. Para el crumble, mezclamos la mantequilla con el azúcar y el harina, todo junto y frio en un bowl, tratando de hacer una masa arinosa. Cuando esté lista, hacemos unas miguitas con esta masita, que ponemos al horno hasta que estén doraditas y crujientes (el horno a 180°C).

  El mousse. Primero hacemos una pastelera, la que yo siempre hago poniendo a calentar y sin dejar que hierva la leche, junto con las semillitas enteras de cardamomo. En otro bowl ponemos las yemas de huevo, el azúcar y la maicena. Lo mezclamos bien hasta tener una pasta amarilla y homogenea. Entonces, retirando las semillitas de la leche y vertemos el líquido calentito a las yemas y lo batimos, eliminando los grumos y los cristales de azúcar. Ojo! que si la lecher hierve, va a cocinar nuestras yemas y eso no es lo que queremos. Es recomendable que la dejemos a una temperatura de 60°C. ¿Y si no tenemos termómetro? Entonces cuando empieze a soltar vapor, antes de que haga burbujas, ahí están los 60°.
Volvemos la mezcla a la olla, a fuego medio, y con ayuda de una cuchara de palo revolvemos el líquido sin dejar que se pegue al fondo. Cuando empiece a espesar (por acción de la maicena que es una fécula) y podamos ver el fondo de la olla, lo retiramos rapidamente del fuego, lo ponemos en un recipiente frio y a baño maría invertido (agua fria) lo enfriamos. Cuando esté más helado, lo alusamos tocando la superficie de la crema pastelera para que no forme una costra. Refrigerar.
 Por otro lado, la crema fria, la batimos a punto chantilly. Entonces, adicionamos por partes esta crema a la pastelera, de forma envolvente para no disminuir su volumen.
 Derretimos el chocolate blanco a baño maría, y cuando esté completamente líquido, lo añadimos a la mezcla anterior, siempre cuidando de no bajar el aire de nuestro postre.
 Hidratamos el colapez en agua fria, y en un bowl ponemos un moco del mousse, lo llevamos a baño maria, a fuego medio, y lo mezclamos con la hoja de colapez, para que el mousse tenga algo de firmeza extra. Esta parte no va a ser necesaria si la chantilly quedó power y si lo mezclamos como correponde. Volvemos este poco de mezcla al bowl grande y lo incorporamos.
 Repartimos esta mezcla sobre copas de martini (la de la foto) o en realidad la que tengamos. Dejamos enfriar por algunas horas y lyego espolvoreamos con el crumble.
 Yo lo encontré demasiado rico y original, espero que lo disfruten como yo!
Acompañar de una taza de café, ojalá bien amargo y con poca azúcar.

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